Al rezar el Santo Rosario estamos en unión con Jesús y su Madre, María. Dice el Señor en el capítulo 18 del Evangelio de Lucas “es necesario orar siempre sin desanimarse”, por lo que si es posible, es bueno rezar el Rosario todos los días. Para aprender a rezarlo, visita nuestro artículo: Cómo rezar el Rosario.
Es necesario recitar esta oración, y hacerlo con fe, creyendo que nuestra oración está siendo escuchada, para que, por medio de María, Jesús pueda decirnos «que se cumpla como has creído» Mt 8, 13.
Rezar el Rosario con humildad nos permite presentarnos ante el Señor como aquel publicano que, de rodillas en tierra, exclama: «¡Ten piedad de mí, que soy un pecador!» Lc 18, 13.
Con total confianza, como un hijo que acude a su Madre, nos entregamos a la Virgen, con insistencia, sabiendo que ella recibe y escucha toda nuestra oración.